jueves, 25 de junio de 2015

CONSECUENCIA HÁBITOS BUCALES EN EL ORIGEN DE MALOCLUSIÓN



   Existen  hábitos bucales que pueden influir en el desarrollo de maloclusiones o deformaciones dentomaxilofaciales.

-  La interposición lingual o deglución atípica:  se observa  porque al hacer tragar saliva al niño, este interpone la lengua entre los incisivos superiores e inferiores, en lugar de apoyarla en el paladar. También se le llama deglución infantil, porque es la forma que tienen los bebes para poder tragar. Con la aparición de los dientes de leche, la deglución debe ir madurando hacía la del adulto, es decir, colocando la punta de la lengua en el paladar por detrás de los incisivos superiores para poder tragar. En algunos niños no se produce este cambio  y permanece la deglución infantil.

 - succión digital o uso del chupete: El chupete debe ser anatómico y su uso debe 
limitarse hasta los 12-18 meses de edad, tratando de no sobrepasar los 2 años, debido a la asociación entre este hábito y la alteración en la posición lingual, que puede propiciar maloclusiones óseas y dentarias. Todo niño que persista con un hábito de succión no nutritiva (chupete o dedo) más allá de los 3 años debe ser revisado por un odontólogo.

 - La respiración bucal: Ante un niño con respiración bucal, hay que descartar  cualquier tipo de patología previa con el otorrino, o saber  si simplemente es un hábito que puede corregirse con una serie de ejercicios. Los niños que respiran por la boca, permanecen continuamente con la boca entreabierta cuando se encuentran relajados. La lengua permanece en el suelo de la boca sin el correcto apoyo en el paladar, con lo cual este no tiene el estímulo adecuado para poder desarrollarse, y permanece estrecho y pequeño.


   Todos estos hábitos pueden interferir en el normal desarrollo de los procesos alveolares, estimulando o modificando la dirección del crecimiento en ciertas estructuras. Pueden generar:

-Mordidas abiertas anteriores y o laterales 
-Protrusiones dentarias 
-Protrusiones dentoalveolares
-Inhibición en la erupción de uno o varios dientes
-Vestibulo o linguoversiones….





   El grado de las alteraciones producida dependerá de la duración, intensidad y frecuencia del hábito, como así también de las características biotipológicas del paciente. En el estudio clínico resulta muy fácil detectar la relación causa-efecto de un hábito ya que ellos dejan la impronta de su acción; por lo que en la mayoría de los casos, la simple observación de la alteración nos permite deducir el hábito bucal que lo causó.

   Si se eliminan los hábitos a edades tempranas, muchas maloclusiones tienden a corregirse solas. Pero si se prolongan demasiado en el tiempo, pueden producir  o agravar  maloclusiones.

   Algunos de estos hábitos pueden pasar desapercibidos por los padres, por lo que es recomendable revisar al niño al menos cada año, desde la aparición de los dientes de leche hacía los 3 años.




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