El momento de llevar a los niños a una consulta dental,
sobre todo cuando hay que realizar algún tipo de tratamiento, suele causar una
gran preocupación a sus padres.
Pero hay que pensar que
actualmente , los tratamientos
que realizamos en un niño, no producen dolor ni tiene porqué ser una
experiencia traumática . De hecho hay peques de 3 añitos que se portan
fenomenal y no se quejan ni durante la anestesia. Es decir, que el mal comportamiento
y el miedo, suelen ser inculcados y no por lo que es en sí la experiencia dental.
No hay duda de que todos los padres desean lo mejor para sus
hijos. Pero a veces decimos cosas o actuamos de manera que resulta inadecuada
para lo que queremos conseguir. Por eso veo importante dar algunos consejos a
los papas de cómo deben actuar.
Muchas veces en la consulta , escucho frases del tipo: “ si no te lavas los dientes tendrás que
venir a que te empasten y eso duele mucho, ya verás….” Estás frases son totalmente inadecuadas y no
van a conseguir que tu hijo se cepille más.
Tratar en un niño pequeño una simple caries no es nada fácil. Porque muchas veces
tienen miedo, porque se cansan y cierran la boquita, porque debes descansar
muchas veces, explicar absolutamente todo…. Y
teniendo en cuenta que una simple
caries ya lleva su tiempo y que requiere de un trabajo meticuloso , os podéis
imaginar la complejidad y la diferencia abismal que obtendremos en la calidad
de nuestros tratamientos, en un niño que llega tranquilo y colabora, que en
otro que viene con miedo, llora, se mueve….
Por eso tanto a padres como a dentistas, nos interesa que el
niño no tenga miedo, que colabore y que no viva el tratamiento dental como una
tortura.
Si le decimos a nuestro hijo que si no se cepilla los dientes, cuando tenga
una caries le dolerá mucho empastarla… que pasará cuándo tenga una caries? El niño vendrá con un miedo atroz que al final
ha sido inculcado por sus propios padres, que con su mejor intención pretendían que
se cepillara más. Para educar en un
hábito es mucho mejor motivar, animar y sobre todo dar ejemplo, que amenazar o
castigar.
Y cómo actuar cuando ya el niño tiene algún problema y debe
recibir tratamiento?
En primer lugar jamás se les debe mentir. Los
odontopediatras ya tenemos nuestros recursos para explicarle lo que se va a realizar. Siempre explicamos y enseñamos
previamente al niño, absolutamente todo lo que se va a utilizar. Evidentemente
con palabras que pueda comprender según su edad. En el momento de la anestesia, que suele ser
el más delicado, yo nunca les digo directamente que les voy a pinchar. Lo
explico de otra manera pero nunca mintiendo. Se les puede decir que vamos a poner un liquidito, que les puede molestar un
poco….
A veces oigo a los
papas decirles:” tranquilo que no te va
a pinchar, aquí no pinchan. “ los niños son niños pero no son tontos, saben
perfectamente si les has pinchado o no. Y si les mientes sólo consigues que
pierdan confianza y que ya no dejen que les
hagas nada más. Está muy bien no contarlo, pero tampoco decirles que no se va a
hacer.
Otras frases que escucho muy a menudo: “ pobrecito, te está haciendo daño?….” ,suelen ser papas que están continuamente
encima del niño, cogiéndoles la manita…
Es normal que un niño llore ante una anestesia o ante una
extracción dental. Y también es normal que los papas sufran al ver a su hijo
llorar, por supuesto. Pero si mostramos preocupación , lo único que hacemos es reforzar esta conducta. El niño va a quejarse más porque
así nota atención por parte de sus
padres. Y le duela o no le duela va a seguir quejándose. Además le vamos a
transmitir nuestra propia ansiedad. Si no somos capaces de mostrar serenidad,
lo mejor es quedarnos fuera y no entrar en el gabinete durante el tratamiento.
“yo le tengo mucho
miedo al dentista”…., como queremos que nuestro hijo no tenga miedo, si
delante de él decimos que nosotros lo tenemos?
Cómo debemos actuar entonces ?
Normalmente lo más aconsejable es que los papas no entren
durante el tratamiento. Precisamente para evitar cualquier tipo de estas
conductas. Y en el caso de que entren, lo mejor es estar tranquilo, ser
consciente de que es normal que lloren en determinados momentos, y o bien estar
callados, o distraerle con cualquier tipo de conversación que no tenga que ver
con lo que se está realizando. Todo dependerá de cada caso en particular. No cogerle la mano mientras se realiza el tratamiento, y permanecer un poco apartado de su vista. Pues tienden a querer mirar continuamente a sus padres, y el movimiento de la cabeza dificulta mucho el tratamiento.
Por supuesto jamás asustar con que el dentista hace mucho
daño, que si no se lava se le caerán todos los dientes….
Y también muy
importante, no dejar que los niños nos acompañen al dentista, cuando es a un
adulto al que le van a realizar el tratamiento. Son muy observadores, y cuando
les toque a ellos lo van a redordar.
Hay que tener en cuenta que los niños son niños. Y podemos
esperar de ellos cualquier tipo de comportamiento. Hay niños que no tienen
miedo y son muy colaboradores, otros que vienen con miedo pero colaboran, a
otros hay que enseñarles a colaborar
introduciéndoles el tratamiento dental poco a poco a ser posible, y con
otros no hay más remedio que recurrir a la sedación.
En todo caso, el odontopediatra valorará el tipo de conducta
a seguir en cada caso.
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